Hunter de Mike Ratera: El Slasher Llevado al Extremo

De todas las historias que tuve la oportunidad de leer en la revista Creepy, Hunter de Mike Ratera, fue la que me impresiono más por su extrema crudeza, siendo una historia que rinde homenaje a las películas Slasher o de asesinos de los 80s (Con Viernes 13 y Halloween a la cabeza), pero que sin las restricciones de la pantalla grande, llevo los límites de la violencia hasta niveles tan altos que el único adjetivo que se me ocurre para describirla es el de “Violencia Pornográfica”.

Y es que Hunter es un relato visceral y sangriento a la par que oscuro y sórdido, que indudablemente es el sueño hecho realidad de todo Gorehound (que bien podría haber inspirado las sádicas fantasías de Eli Roth (Hostel) o James Wan (Saw)) y que apareció en la segunda época de Creepy en 1990 entre los números 5 y 9 simplemente titulándose “Hunter”, en el número 10 “Hunter: Naturalezas Muertas”, en el número 12 “Hunter: La Muerte no Miente”, en el número 13 “Hunter: Sombras”, en el número 14 “Hunter Vivir o Morir” y en el número 15 "Hunter: ¿Qué escondes detrás de tu máscara?".

La historia es bastante simple y directa: existe un asesino en serie o vigilante en la ciudad, denominado “El Asesino del Sexo”, que se encarga de eliminar de la manera más sádica y visceral posible a todos aquellos que según su retorcida mente incurran en el pecado de la lujuria y la depravación, dejando mensajes de corte fanático-religioso con la sangre de sus víctimas en la escena del crimen, siendo como es de esperar su primer grupo objetivo las prostitutas de la ciudad y sus clientes; asimismo le siguen la pista de cerca Calvin Mahoney, agente del FBI, y Evelyn, una intrépida reportera que no teme disfrazarse de prostituta y acercarse al fuego para descubrir la identidad del asesino y develar el misterio.

El tono general de la serie es lúgubre, obscuro y sórdido, se nos muestra mucho de la podredumbre humana en las ciudades, muchas de sus viñetas causan repulsión y desasosiego, es por ello que todo esto, sumado al móvil castigador del asesino me recuerda vivamente a la magistral primera mitad de la película Seven (Pecados Capitales) donde igualmente un misterioso asesino se encargaba de castigar a personas que habían incurrido en los 7 pecados capitales (quien sabe?, quizá el guionista de Seven tuvo alguna inspiración en la obra de Ratera).

Sobre la identidad del asesino puedo decirles que como lector me causaba bastante ansiedad el poder descubrirla, de hecho supongo que Ratera la planteó como un misterio a develar en el episodio final, pues Hunter siempre aparecía cubierto con una máscara de hockey (en un claro homenaje a Jason de Friday 13th, de hecho la máscara es la misma) y embutido en un sobretodo de cuero y con un sombrero en la cabeza estilo el vigilante Rorscharch de Watchmen (Probablemente homenaje a Rorscharch pues Watcmen es del año 86 y Hunter se publicó en los 90s), pero lamentablemente no he podido leer todos los episodios por lo que hasta le fecha desconozco la identidad de Hunter (Que bien podría haber terminar siendo un gordito común y silvestre como el Machine de 8 Milimetros).

Sobre los móviles del asesino, en el episodio “La muerte no Miente” se sugiere una especie de trauma infantil, quizá por un padre brutalmente represor, a continuación cito textualmente el párrafo para también ilustrar lo fuerte y grotesco de la prosa de Ratera muy a tono con las imágenes que representaba:

“La primavera, la recuerdas?. Recuerdo. Los bichos se acosaban unos a otros … hacían algo en lo que antes no me había fijado. Al observarlos, un extraño cosquilleo me recorría el cuerpo. Padre ya me había advertido que esto sucedería. Recuerdo un frotar de alas … el zopilote atrapado en el alambre. Excitación. Le corté el cuello con mi navaja de bolsillo. La sangre broto, todavía puedo oír el gorgoteo. Bebí tanta sangre que vomite.”

“Espiaba a los animales para pillarles haciendo cosas feas. Entonces usaba mis tijeras y mis clavos. Aprendía a torturarles cortándoles la cola y pinchándoles con alfileres. Usaba las tijeras abiertas, apuñalando con una de las hojas, hasta que se me rompieron en el cuerpo de una cerda. Entonces empecé con los cuchillos. Lo que está hecho, hecho esta. No puede borrarse. No hay vergüenza en espiar, en acuchillar, en ser juez y verdugo, mientras no le cojan a uno … Que puede haber más natural, saludable y americano? …”

Sobre los capítulos que pude leer, estos fueron 4, los cuales comentare brevemente a continuación:

“Hunter” (del número 6 de Creepy), es la historia más trasgresora de las que pude leer de la serie, pues trata de una prostituta que es maltratada y golpeada por una pandilla de forajidos en el metro, quienes le dan tal golpiza que se encargan de dejarla medio inconsciente, con la cara amoratada y los labios hinchados, es así que uno de los viajantes que había presenciado la agresión se acerca a socorrerla pero finalmente termina recibiendo sexo oral por parte de la prostituta a cambio medio dólar (bizarra escena que me recordó a la prostituta que era masacrada por su proxeneta y que era fetiche de Ichi en Ichi The Killer), finalmente Hace su aparición Hunter que estaba semi-oculto en el vagón y deguella brutalmente a la prostituta con un filoso cuchillo para a continuación rebanar al infortunado parroquiano quien es colocado de cabeza en el vagón con las tripas colgándole en una de la viñetas más repugnantes que he podido apreciar, en esta ocasión el mensaje que deja Hunter con la sangre de las victimas dice: QUIEN NO MUESTRE CORRECCION SERA CASTIGADO, DEJAD QUE OCURRA.

En “Hunter” (del número 9 de Creepy), Hunter se introduce al concierto de Heavy Metal del grupo “Route 66” liderado por su vocalista Axel (me parece clara alusión al Axel Rose de Guns & Roses) y es hasta gracioso verlo con su mascara de Hockey pasar desapercibido entre los freeks asistentes, el vocalista es acá representado como el pináculo de la depravación humana con sexo, drogas y alcohol presentes casi las 24 horas de su día, el hecho es que Hunter lo sorprende cuando está dando cuenta de dos entusiasmadas Grupies en su limusina, asesinando brutalmente a los 3 con un par de garras o espolones postizos (estilo los que usaba Narcisse de Nightbreed de Clive Barker), en esta oportunidad Hunter deja el siguiente mensaje escrito con la sangre de su víctima: HAY QUE LAVAR LOS PECADOS DE AMERICA, LOADO SEA EL SEÑOR.

En “Naturalezas Muertas” (del número 10 de Creepy), asistimos a la introducción del agente Calvin Mahoney, un agente del FBI decidido a atrapar al asesino, el cual aparece en la escena del crimen del asesinato de un pornófilo (escena con un indiscutible aire a Seven), donde el tipo, de aspecto demacrado y casi cadavérico, yace muerto sentado sobre una silla con los pantalones abajo, el torso desnudo y el pecho abierto en canal, con un mensaje en la pared pintado con su propia sangre que dice: EL SEXO NO DEBERIA EXISTIR, ADORAD A DIOS, luego de esto Mahoney se las ingenia para dar una conferencia en televisión sobre seguridad y precauciones contra el asesino y finalmente Hunter deja con las vísceras afuera a una prostituta que recoge de la calle en un auto, esta vez el mensaje con su propia sangre dice: REGOCIJAROS, PISOTEAD ESTA MIERDA, ORAD, ORAD, ORAD.


En “La muerte no Miente” como ya había indicado se nos muestra un poco del pasado y los móviles de Hunter (a través de descarnadas escenas de animales torturados y muertos en su infancia), asimismo nos introduce al personaje de Evelyn, una reportera interesada en averiguar la identidad del asesino y que planea vestirse de prostituta para atraerlo y finalmente asistimos a la muerte de un pobre retrasado mental que es sorprendido masturbándose en un patio trasero y que es brutalmente castrado y mutilado por Hunter (Curioso detalle la cara de Bart Simpson estampada en el polo del retrasado), en esta oportunidad Hunter deja el siguiente mensaje escrito con la sangre de su víctima: VOY A LIMPIAR VUESTRAS ALMAS MARCHITAS.

Definitivamente una serie para adultos, visceral, grotesca, sórdida, repulsiva, transgresora , para estómagos fuertes y seguidores del gore extremo, que la recomiendo a los amantes de las emociones fuertes pero que sugiero definitivamente poner fuera del alcance de niños.